12+1 claves para interpretar los sueños

Los «sueños» son manifestaciones de la naturaleza en nuestra mente. Involuntariamente se forman durante nuestro reposo reelaboraciones de los materiales de nuestra memoria, manifestándose mediante imágenes y estímulos auditivos, la mayoría de las veces sin aparente coherencia. Para Carl G. Jung, los sueños obedecen a la necesidad de comunicación de nuestro subconsciente con nosotros mismos, y su interpretación es la vía más eficaz para desentrañar los misterios que éste guarda.

Así pues, los sueños constituyen la expresión más íntima de nuestra psique. No hay nada más propio que lo que sale de nuestro interior libremente, sin el lastre del intelecto. Ninguna otra cosa es más fiel a nuestro ser interior. La gente desprecia todo ese contenido personal, como si se tratara de una excreción más de su cuerpo, pero lo que dejan en el fondo del inodoro es una parte esencial de sí mismos.

La interpretación de los sueños es una herramienta útil de diagnóstico entre muchas otras, ya que proporciona nociones para el psicoterapeuta sobre la dirección correcta a la hora de enfocar la terapia. Su verdadero valor reside en que pone el dedo en la llaga, es decir, descubre dónde se oculta el conflicto.

1. Los sueños son subjetivos.
La interpretación de un sueño sólo puede realizarse en función de su soñador.

2. Hay, grosso modo, 4 tipos de sueños según la función específica que desempeñan:
       · Aquéllos que describen una situación consciente de la vigilia.
       · Aquéllos que describen un conflicto inconsciente.
       · Aquéllos que proponen desde el subconsciente una actitud consciente.
       · Aquéllos que expresan un contenido inconsciente sin relación con la consciencia.

3. Hay 2 tipos de interpretación según la identificación de los elementos del sueño:
       · Análisis subjetivo. Interpreta las figuras y acontecimientos oníricos de manera simbólica, como representaciones de la psique del sujeto.
       · Análisis objetivo. Los elementos del sueño se entienden literalmente, representando la actitud del soñador respecto a los hechos y las personas que aparecen en el sueño.

4. Los sueños se expresan mediante símbolos.
El símbolo es el núcleo de la interpretación de los sueños. Sirve de unión entre el subconsciente y la consciencia. Es el lenguaje más básico, un residuo arcaico, común a todos los seres humanos, que aún utiliza el subconsciente para expresarse en sueños. Interpretar los sueños es, en muchos casos, interpretar los símbolos que lo constituyen.

5. Los sueños son polisémicos.
Es necesario que el intérprete, aparte de las claves básicas para el desciframiento de los sueños, conozca las circunstancias vitales y la psique del soñador. Hay diversos tipos de sueños, diversos son también los enfoques posibles (subjetivo y objetivo) y diversos son también las resonancias de los símbolos que aparecen, lo que implica gran diversidad de significados, muchos de ellos no sólo compatibles, sino complementarios en distintos niveles de significación.

6. Los sueños son compensatorios.
Tras dedicar toda su vida al análisis de los sueños y al estudio del subconsciente, Jung llegó a la conclusión de que el subconsciente ejerce una función teleológica, es decir, tiende a compensar dinámicas psicológicas que presentan un desequilibrio. Es una autorregulación psicológica, al igual que el instinto compensa las necesidades vitales y fisiológicas.

7. El proceso de interpretación consta de 4 etapas:
       a) Descripción de la situación actual de la consciencia.
       b) Descripción de los acontecimientos precedentes.
       c) Recepción del contexto subjetivo.
       d) Establecimiento de los paralelos mitológicos en los motivos arcaicos.

8. La amplificación de los sueños
Imágenes que el soñador y el intérprete, mediante su conversación, aportan para enriquecer la información que transmite el sueño. El soñador hace asociaciones de ideas, mientras que el intérprete trae a colación símbolos, sagas y mitos relacionados con los elementos oníricos originales. Es el intérprete quien dirige de manera indirecta, mediante la mayéutica, el proceso.

9. Los sueños son piezas del rompecabezas de la psique.
Pensemos en un gran rompecabezas formado por fragmentos minúsculos como representación de tu psique. Imaginemos ahora que un sueño se corresponde con una de esas piezas dentadas, y que el conjunto de sueños de toda una noche forma un cuadrante. Cada noche, cuando soñamos, ponemos en su sitio un pequeño cuadrante que consta de varias piezas. A la noche siguiente, colocaremos otro, y así hasta completar el puzle. Cuando logras recordar un sueño, has de tener en cuenta que has rescatado una sola pieza perteneciente a un cuadrante mayor, que permanecerá incompleto, y que a su vez forma parte de un rompecabezas casi inabarcable. Por eso no se deben extraer conclusiones precipitadas de un episodio onírico aislado, sino que es aconsejable esperar a que el paciente recuerde más sueños para tener una perspectiva de conjunto más precisa y así realizar un análisis más fiable.

10. Los sueños hablan en el lenguaje de las emociones.
Del mismo modo que a veces un sueño tiene la capacidad de producir pasiones intensas en el soñador que afectan a su vida diaria, una situación de fuerte emotividad durante la vigilia puede, a su vez, inducir un sueño evocador de ese sentimiento. Realidad y sueño se realimentan recíprocamente.

11. Tanto los sueños como las pesadillas son hijos de su tiempo.
Hay quien dice que los sueños y las pesadillas constituyen el residuo de una especie de campo de pruebas virtual con que se educaba nuestro comportamiento instintivo, y dado que en nuestra época esas situaciones en que el instinto debe prevalecer ya no son frecuentes hoy en día, el subconsciente las idealiza dándoles la apariencia de persecuciones, pruebas, ahogamientos, claustrofobia, caídas al vacío y cosas así, que inciden simbólicamente en un conflicto real que no somos capaces de solucionar o de reconocer.

12. Los sueños no predicen el futuro.
En las más de las ocasiones simplemente plantean posibles alternativas, pero no son premonitorios.

12+1. La función principal de los sueños es que el propio soñador traiga a la consciencia la información del subconsciente y la integre en su psique. El terapeuta puede arrojar conjeturas, ya que utiliza el intelecto, pero el verdadero significado es el paciente quien debe intuirlo. Es decir, debe estar en sintonía con la emoción que le produjo el sueño. La interpretación onírica es, en esencia, una herramienta terapéutica y de autoconocimiento. Si el paciente no se identifica con el análisis resultante, ha de ser por fuerza erróneo.

Imagen de portada: ‘Un filósofo’, de Salomon Koninck (1655).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *